
Nuestro vino ya descansa en barricas: Te contamos el proceso tras la vendimia
El silencio vuelve a la bodega después de la vendimia. Los racimos ya han sido recogidos y el eco de las tijeras y las risas entre viñedos deja paso a una calma distinta: la del trabajo pausado, la de la paciencia que requiere el buen vino. En Bodega Valdehermoso, ubicada en el corazón de la Ribera del Duero, comienza una nueva etapa: el vino descansa en barricas, donde la naturaleza y el tiempo se encargan de continuar la obra que empezó en la viña.
Cada año, la vendimia en Valdehermoso es un momento de celebración y esfuerzo. Seleccionamos a mano las mejores uvas, solo aquellas que alcanzan el punto óptimo de maduración, asegurando que cada racimo refleje la esencia del viñedo. El mosto resultante inicia un proceso de fermentación controlada en depósitos de acero inoxidable, donde se cuidan al detalle las temperaturas y los tiempos para conservar toda la expresión aromática de la fruta.
Cuando el vino alcanza la madurez adecuada, llega el momento de la crianza en barricas de roble francés, una fase fundamental para dotarlo de carácter, estructura y elegancia. En este espacio silencioso, el vino evoluciona lentamente, en contacto con la madera que le aporta matices de vainilla, cacao, especias suaves y ese toque tostado tan característico de nuestros vinos.
Durante meses, nuestros enólogos realizan el batonnage, una técnica tradicional que consiste en remover las lías finas que reposan en el fondo de la barrica. Este proceso aporta untuosidad, volumen y redondez al vino, potenciando su equilibrio natural. Cada barrica se revisa y cata periódicamente para asegurarnos de que la evolución siga el camino correcto y el vino conserve la personalidad que define a Valdehermoso.
Pero el trabajo no termina ahí. Tras su estancia en barrica, el vino pasa un tiempo de reposo en botella, donde termina de afinar sus aromas y texturas. Es un proceso lento, que requiere paciencia y respeto por los ritmos naturales. Solo cuando alcanza la armonía perfecta, se presenta al mundo con el sello de calidad de nuestra bodega.
El resultado son vinos sinceros, con alma, que reflejan la identidad del terroir de Ribera del Duero. Cada botella encierra el esfuerzo de un año entero de trabajo, la pasión de quienes viven la viña cada día y la magia del tiempo que todo lo transforma.
Porque en Bodega Valdehermoso creemos que un gran vino no se hace deprisa. Se cultiva, se escucha y se deja reposar hasta que expresa todo su potencial. Hoy, nuestras barricas guardan ese tesoro que pronto llenará las copas de quienes saben disfrutar del vino con calma y emoción.
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